Y aprendí que debajo de mi cama,
no se esconde ningún fantasma,
ni de esa sonrisa,
se esconde alguna caricia,
más allá de esa sonrisa,
más allá de esa risa,
de esa enorme alegría,
se esconde la dichosa monotonía,
harta de cargar con este peso,
que llevo en la espalda como cual muerto,
no es un remordimiento,
tampoco es un sentimiento,
es algo que llevo aquí dentro,
y me consume, no lo soporto,
es algo como cuando se derrite el hielo,
que te vas haciendo tan pequeño,
y es que cuando te quedas sin recursos,
y escuchas a tus amigos,
te das cuenta de quiénes son esos capullos,
algunos buenos y otros malos,
algunos por interés y otros por dinero,
unos por lo que soy y otros por lo que tengo,
a fin de cuentas y siendo sincera,
soy Bárbara y me importa una mierda.
Guauuuuuuuu
ResponderEliminar