Y entonces nos comimos a besos,
mientras acariciaba su cuello,
mientras jugaban nuestros labios,
y eramos fruto del deseo.
Morder su labio inferior,
sintiendo como se altera su respiración,
empezar a perder el control,
y poco a poco dejarme llevar por la pasión.
Sentir como acaricia mi espalda,
y sin pensarlo; besar su boca con ansia.